Hoy...

"..."

25 jul 2011

¿Crees en...?

"Un detalle sorprendente sobre el mago Bernard Kornblum, recordó Joe, era que creía en la magia. No en la supuesta magia de velas, pentagramas y alas de murciélago. No en los encantamientos culinarios de las abuelas eslavas con sus herbarios y sus pedazos de dedo meñique del pie de una virgen ciega atados en saquitos de piel de cabra. No en la astrología, en la teosofía, en la quiromancia, los zahories, el espiritismo, las estatuas que lloran, los hombres lobo, los sucesos sobrenaturales ni los milagros. Todas estas cosas las contemplaba Kornblum como estafas, muy distintas -y mucho más destructivas- que el tipo de ilusionismo que él practicaba, cuyo éxito, al fin y al cabo, aumentaba en proporción directa a la conciencia por parte del público de que a pesar de toda la atención que pudieran poner, estaban siendo engañados. Lo que fascinaba a Bernard Kornblum, por otra parte, era la magia impersonal de la vida, cuando en una revista leía que un pez podía camuflarse en función a siete clases distintas de fondo oceánico o cuando se enteraba por un noticiario que los científicos habían descubierto una estrella moribunda que emitía radiación en una longitud de onda cuyo valor en megaciclos equivalía aproximadamente a "pi". En el ámbito de los asuntos humanos, esta clase de encantamientos a menudo, aunque no siempre, resultaban más tristes, a veces hermosos y a veces crueles. Sus existencias eran básicamente las ironías, las coincidencias y los únicos portentos verdaderos: aquellos que se revelaban, de forma inconfundible e insoslayable, en retrospectiva."

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