Hoy...

"..."

4 nov 2010

Sobre la estupidez (De cómo un sabio puede ser un estúpido)

Me hace gracia el rollete este del nuevo planteamiento de la educación. De cómo se las dan de querer integrar al estudiante dentro del ámbito universitario con una mayor intercomunicación entre el profesorado y el alumnado facilitando así el intercambio de ideas y el dialogo y bla bla bla... Hoy no, mañana.

El ultimo comentario (y con él la cita célebre de hoy) que recibí de un profesor vino a ser algo así; “Es muy loable por tu parte que intentes razonar el crecimiento de la población de ballenas pero no pienses y utiliza la maldita fórmula” Cierta chiquilla que andaba bastante más perdida que yo no tuvo tan buena suerte.

Existen ciertos personajes que obligan a practicar el bello arte del autocontrol, sobretodo, si tienen algo que tu quieres. No se qué les da la universidad pero parece que no les ha enseñado todavía algo muy importante, algo que se ha de aprender en la calle; La capacidad de sobreponerse al mal humor que cargan como costumbre. No mal humor en sí (bueno, sí), sino cierto desdén hacia los seres de una raza inferior (prole estudiantil). Es algo “arrollador” la dialéctica que gastan para dirigirse a alumnos con dudas razonables. Y no hablemos de la que utilizan con quien plantea alguna no tan razonable (magufada, estupidez, despiste...). Ahora es cuando dejo de llorar porque el de quinto me ha quitado la pelota y le hago ver a la más guapa de su clase lo que puedo hacer con un balón. Si, creo que es más fácil que ella se lo pida, al fin y al cabo, ¿qué es un balón?

Esta es la historia de como se convierte un sabio en estúpido, aunque ahora que me leo no me queda muy claro quien es quien si recurro a métodos tan oscuros...mmm... mmm... Podría dejarlo correr y que un trozo de papel hablase por mi en un aburrido examen pero no resolveríamos el tema de la estupidez. Por otra parte, si el tema de la estupidez tuviera o tuviese apaño, el mundo sería... no se, más soso. Quizá la impertinencia tenga su parte atractiva... Si no, ¿quién si no yo es un experto en ver lo malo como una puerta con el más grande potencial para abrirse hacia lo bueno?

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